martes, 22 de marzo de 2011

Fuentes de información para la investigación

 
Fuentes de información para la investigación científica
J. Seminario

Introducción

El producto de la investigación científica es el nuevo conocimiento. El nuevo conocimiento científico se produce sobre la base del conocimiento científico ya existente. De modo que cualquier investigador, no inicia su trabajo desde cero sino que lo hace sobre la base del conocimiento ya establecido y aceptado por la comunidad científica. Entonces, al usar este conocimiento es indispensable que use citas y referencias y no pueden haber citas en el texto sin las respectivas referencias al final del mismo y viceversa. Estas dos partes tienen conexión estrecha y cumplen dos objetivos: 1) Dar crédito a las fuentes de donde se extrajeron las ideas, datos o información, para construir el nuevo texto. Esta práctica obedece a un principio ético. De lo contario, se comete plagio.   2) Permitir que el lector pueda acceder a las fuentes originales de donde se extrajeron esas ideas, datos o información (Booth, 2004; Walker, 2005; APA, 2005)

El conocimiento preexistente se encuentra en las fuentes de información científica. Las principales fuentes de información científica son de tipo bibliográfico y hemerográfico y, se denominan primarias, secundarias y terciarias. Otra fuente de uso discutible es la denominada literatura gris. Además, en los últimos años, se discute también, el uso de fuentes no bibliográficas o hemerográficas, en la investigación científica (material fílmico, presentaciones en power point, programas de televisión o de radio, comunicaciones personales). En lo que sigue exponemos sobre las características de cada tipo.


Fuentes primarias (o directas). Son aquellas que proporcionan datos de primera mano. Es decir, es el propio investigador el que informa sobre los resultados de su investigación (Mari 2002). Estas fuentes son el material por excelencia usado en la investigación científica.   

Bajo el concepto antes anotado, prácticamente, sólo los artículos científicos publicados en revistas científicas, en formato impreso o  electrónico –on line--, son fuentes primarias. Un artículo científico debe reunir otras condiciones: a) contiene la información necesaria y suficiente para que otros investigadores puedan repetir el trabajo; b) ha sido sometido a revisión por pares (árbitros o referees) –peer review--; c) su visibilidad es alta Es decir, por su tiraje (dado por la revista científica en la cual está publicado), está completamente disponible para los usuarios en general, y para las bases de datos y bibliotecas) (Day 2005). Por su origen y naturaleza, en su momento, el artículo científico contiene lo más reciente del conocimiento sobre el tema o aspecto del tema, aunque, como veremos en otro escrito,  por el proceso de producción, éste nace envejecido.   

A los artículos científicos también se les denomina publicaciones válidas o formales y hay dos tipos de ellos. El artículo científico propiamente dicho y la nota de investigación o nota científica. La estructura de ambos es similar, pero difieren en que las notas generalmente no tienen resumen, el texto no está divido en secciones con subtítulos y son más cortas que un artículo. Todo esto indica que la investigación de la cual informan es  preliminar o “poco importante”, como para publicarse como artículo (Mari  2002).   

Una forma de identificar un artículo científico o una nota de investigación es revisar si reúne directa o indirectamente los componentes IMRYD (introducción, métodos, resultados y discusión) (Day  2005). Es decir, si el texto responde a un problema de conocimiento (tema relevante), informa sobre la metodología seguida por el autor,  presenta y discute los resultados (y seguramente establece conclusiones).

Es necesario aclarar que para otros autores (ej. Hernández et al. 2006, Martínez  2003, Eco 1992), también constituyen fuentes primarias los libros de edición original y de editorial reconocida, antologías, monografías, comunicaciones a conferencias, las tesis, testimonios de expertos, películas, documentales y videocintas. Sin embargo, el autor de estas notas considera que  por definición, siguiendo a Day (1999, 2005) y reafirmado por Mari (2002), sólo constituyen fuentes primarias los artículos científicos y las notas científicas.


Fuentes secundarias (indirectas). Se elaboran con fines de difusión masiva. No necesariamente las elabora el propio investigador.  Las fuentes secundarias por excelencia son los libros y los artículos de revisión.

Libros. Estas publicaciones pueden ser de varios tipos: Monografías (tratados de temas específicos en profundidad), libros de consulta (manuales o tratados, diccionarios y enciclopedias), libros de texto (dirigido a estudiantes, con alto sentido didáctico), libros comerciales (dirigidos al público en general, sobre temas de actualidad, de menor valor para la investigación) (Day 2005).  Para que un libro sea válido (digno de crédito) como fuente de información para la investigación debe provenir de una editorial reconocida. Esto garantiza, en cierto modo, la calidad.

En el mundo de las editoriales bibliológicas; es decir, las editoras de libros (Martínez  2003) son reconocidas, por ejemplo: Labor, Gustavo Gili, Seix Barral, Omega, Ariel, Paraninfo, Limusa, Trillas, Longman, Planeta, CECSA, Lumen, Mc Graw Hill, Norma, EFE, Thomson, Gedisa, Oveja negra, Chapman & Hall, Sudamericana, Paidos, Lumen Humanitas, UTHEA, Prentice Hall, John Wiley & sons, Siglo XX, Salvat, Gredos, Espasa-Calpe, Grijalbo, Abya Yala, Los amigos del libro,  Allen Press, Logman Scientific & Technical, Addison Wesley Longman, .  Otras editoriales reconocidas son las de las universidades de prestigio. También, son dignas de todo crédito las editoriales de instituciones internacionales como OMS, OPS, IICA, CATIE, CIAT, Biodiversity (IPGRI), Naciones Unidas, FAO, UNESCO, CIP, CIMMYT, entre otras (para el significado de los acrónimos, ver separata sobre abreviaturas y acrónimos).

Además el libro debe tener el ISBN (International standard book number = número estándar internacional de libro). Este indica que los responsables de la publicación han hecho el depósito de ley y su registro aparece en la biblioteca nacional de cada país.

Por lo general, en cualquier disciplina científica, un libro, se produce del siguiente modo: El investigador, trabaja investigando por varios o muchos años sobre un tema. En ese lapso publica varios artículos sobre el mismo. Esto implica que a la vez, está informado y tiene a su alcance toda la información que se va publicando sobre el tema, en otras partes, por otros investigadores. Llegado el momento (generalmente en su año sabático), el investigador escribe un libro sobre ese tema, para lo cual usa todos sus artículos publicados, más los artículos y otros materiales publicados por sus pares. Es decir, el libro se elabora con información primaria ya publicada. Difícilmente, un libro se publica con información de primera mano. Por eso es que el libro, en general, nace viejo, más viejo que el artículo. Bunge (1999, pag. 278) dice: “…los libros siempre están atrasados, en cualquier materia….los libros tienen 10, 15 años de atraso”. Sin embargo, la importancia del libro es que compendia y analiza críticamente, todo lo producido en un periodo determinado y en este sentido se convierte en una fuente de consulta por excelencia.
 

Artículos de revisión. El artículo de revisión --review articles-- (Mari 2002, Day 2005), también es llamado  “artículo de síntesis”,  “estado del arte” o “estado de la cuestión” (Maleta 2009).   Este, revisa y analiza críticamente los trabajos, por lo general,  recientes, en un campo determinado (tema o problema) o los trabajos de un autor o de un grupo de ellos. Así, el artículo de revisión tiene por objeto resumir, analizar, evaluar o sintetizar información ya publicada (Day 2005). Es decir, generalmente revisa artículos de investigación publicados en revistas científicas (información primaria). Pero puede usar otras fuentes (libros, resúmenes de eventos científicos, tesis, etc.). Los artículos de revisión se pueden publicar en cualquier revista científica o en medios especializados en este tipo de publicaciones como son los Annual review. Estos se publican desde 1932 para 33 disciplinas, agrupadas en ciencias biomédicas y de la vida, ciencias físicas, ciencias sociales. Ej.  Microbiology and Molecular Biology Reviews, Annual Review of Biochemistry,  Annual review of phytopathology,anual review of economics, anual review of biochemical and biomolecular engineering, anual review of biophysics,  annual review of anthropology.

Un artículo de revisión es muy útil porque reconstruye la historia del tema o problema, permite tener un registro actualizado del estado de los conocimientos y de la discusión en torno al mismo. Por sus características y objetivos, una artículo de revisión equivale a una monografía, con la diferencia que es menos extenso y es un material muy requerido y usado por los investigadores (Day 2005).  
Cué y Oramaz (2008) señalan que los artículos de revisión tienen las siguientes funciones:
a)    Compactar y sintetizar los conocimientos sobre un tema o problema específico.
b)    Actualizar e informar sobre el estado de un tema.
c)    Transmitir nuevos conocimientos.
d)    Informar y evaluar la literatura publicada.
e)    Comparar la información de diferentes fuentes.
f)    Sustituir los documentos primarios.
g)    Conocer la tendencia de las investigaciones.
h)    Identificar las especialidades que surgen.
i)     Detectar nuevas líneas de investigación.
j)     Sugerir ideas sobre trabajos futuros.
k)    Contribuir a la docencia.
Estos artículos no tienen una estructura definida como los artículos científicos. Su estructura se define en función al enfoque que el autor decide y a la revisión realizada.

También constituyen fuentes secundarias las compilaciones, resúmenes y listados de referencias, publicadas en un área de conocimiento en particular. (por lo general, son listados de fuentes primarias). Es decir, reprocesan información de primera mano, reportan y comentan brevemente los artículos, libros, tesis, disertaciones y otros documentos.

Una forma frecuente en que se presentan las fuentes secundarias es como índices, ya sea sólo con las referencias bibliográficas o con referencias comentadas o resumidas. Existen también, índices y sumarios de libros, revistas, cintas de video, películas, grabaciones, ponencias, en congresos, seminarios, etc.

Los llamados servicios secundarios o centros de documentación reconocidos,  se dedican a analizar y resumir información primaria especializada y los publican en forma de abstracts, resúmenes, listas bibliográficas, ficheros e índices. Los textos o artículos científicos de difusión aparecen en revistas, suplementos de periódicos, o en programas de televisión.

En estos textos por lo general se obvian partes importantes del trabajo como la introducción (el problema), la metodología y se da más énfasis a los resultados alcanzados o previstos. A veces se discuten los resultados. En estos casos hay que tener cuidado con la seriedad de quien informa (Day 2005, Sierra 2003). Algunos servicios secundarios reconocidos son: Biological abstract, Chemical abstract, Bibliography of agriculture (Day 2005).

Para Sierra (2003 184) un Centro de Documentación (CDD) se define como un sistema de información documental que tiene como objetivo principal poner a disposición de los usuarios, documentos secundarios (ficheros, boletines bibliográficos, índices) que les permitan descubrir los documentos primarios que les interesa.

Un CDD, realiza un análisis documental por medio del estudio del contenido de la obra y lo traduce en resúmenes. Es decir, convierte el documento original en fuente secundaria. Un CDD funciona como intermediario entre la fuente original y el investigador  (pone al alcance de este último, documentos secundarios para que pueda recurrir a fuentes primarias). La diferencia con la biblioteca está en que ésta proporciona información de las fuentes físicas, mientras que el centro de documentación proporciona sólo referencias (Jurado  2002).

Fuentes terciarias. Son documentos que compendian nombres y títulos de revistas y otras publicaciones periódicas, asi como nombres de boletines, conferencias y simposios; nombres de empresas, asociaciones industriales y de diversos servicios (pertinentes para las ciencias; títulos de reportes con información gubernamental, catálogos de libros básicos que contienen referencias y datos bibliográficos y nombres de instituciones nacionales e internacionales al servicio de la investigación. Son útiles para detectar fuentes no documentales como organizaciones que realizan o financian estudios, miembros de educación superior, agencias informativas y dependencias del gobierno que realizan investigaciones.

La diferencia entre una fuente secundaria y terciaria radica en que una fuente secundaria compendia fuentes de primera mano (primaria)  y una fuente terciaria reúne fuentes de segunda mano. Una fuente secundaria agrupa referencias directas. En cambio, una fuente terciaria agrupa compendios de fuentes secundarias.

Literatura gris. Es un cuarto grupo de fuentes. Estas se refieren a obras o documentos impresos o no, escasamente visibles (de ahí el nombre de gris) por el reducido número de sus tiradas y su escasa difusión comercial. Además, no han sido sometidos a arbitraje. Incluyen: Actas o memorias de congresos (proceedings), tesis, normas, patentes, traducciones, informes de investigación, proyectos de investigación, pre-publicaciones o pre prints, e-prints (pre impresos disponibles en la red), manuscritos, reimpresos (Sierra 2003).

El problema de estas fuentes es el grado de credibilidad (en vista que no cumplen los requisitos de las publicaciones válidas o formales). Si bien, no hay normas precisas sobre su uso, es frecuente que estos documentos sean citados (si es que el investigador tuvo acceso a ellos) en otros documentos, como en las monografías, libros, tesis e inclusive en artículos científicos. Pero en general, los investigadores se ubican entre dos extremos. Los que consideran que la literatura gris no es digna de usarse en una investigación científica (Mari 2002), hasta los que dicen que todo escrito, ya sea libro, revista o cualquier otra publicación, es digno de considerarse como antecedente si hay aportes que reconocer (Tafur 1995).  Del mismo modo, existen revistas científicas que claramente establecen que los artículos sometidos para su publicación, no deben citar literatura gris (p.ej. Agrociencia, México).

Puede parecer injusto que una tesis universitaria no se considere como una publicación primaria (válida o formal), puesto que se trata de una investigación que el propio investigador comunica. Sin embargo, los principales argumentos en su contra son: su baja visibilidad, por su escaso tiraje (5 a 10 ejemplares) y no haber pasado por arbitraje, considerando que la revisión intrauniversidad, en general, está desprestigiada. Los “comités científicos” o jurados en las universidades no hacen un trabajo de calidad.  Esto se refleja también en las revistas universitarias, por este motivo, Bunge (1999) dice: “siempre he sostenido que las universidades no deberían publicar revistas, porque ahí se publica todo lo que escriben los colegas: no hay control de calidad, no hay filtros”.   Por estas consideraciones, una tesis, generalmente, es considerada como un documento científico no acabado, “difundido, pero no publicado”. Difundido, porque la tesis ha sido defendida o sustentada en el medio académico universitario. No publicado, porque todavía no ha sido publicada formalmente. Las características principales de una tesis, que la diferencian de un artículo científico (Tabla 1) son: tiene una sección o capítulo de revisión de literatura (o marco teórico). En los resultados, por lo general, incluye los datos originales de campo y a veces las pruebas estadísticas. Por lo general, incluye anexos o apéndices. Es más extensa que un artículo científico. Precisamente por estas características, la tesis constituye el insumo o la base para producir uno o más artículos científicos.


Tabla. Comparativo entre la estructura de la tesis y el artículo científico
Tesis
Artículo científico
Portada (Título)
Título
Portada interior
Autor (es)
Dedicatoria
Resumen
Agradecimientos
Abstract
Indice (o contenido)
Introducción
Indice de cuadros y figuras
Materiales y métodos
Resumen
Resultados y discusión
Abstract
Conclusiones
Introducción
Agradecimientos
Revisión de literatura (marco teórico)
Referencias bibliográficas
Materiales y métodos

Resultados y discusión

Conclusiones (y recomendaciones)

Referencias bibliográficas

Anexos


Desde los primeros años de la década de 1990, se han agregado,  a las fuentes de la literatura gris,
los denominados e-print (e-impreso). Un e-print es un pre-print, disponible vía internet y un pre-print es un manuscrito que ha pasado por el proceso de revisión y está a la espera de ser publicado en un medio o revista, su estado es “de próxima aparición” (forhcoming). La espera puede ser de hasta un año. En otras palabras, la ventaja de un pre-print es que está disponible antes de su publicación formal y la del e-print, es que está aún más rápidamente disponible, porque se encuentra en la red y permite un acceso rápido y libre  a los lectores (Soria 2003). El hecho de que esté en la red, antes de su publicación formal, significa que todavía no cuenta con volumen, número, ni paginación, asignados, pero ya tiene asignado un DOI (idendificador de objetos digitales). El DOI consiste en un código alfanumérico que indentifica un artículo en la web y que  permite recuperarlo, incluso si éste se ubica en un servidor distinto al que fue alojado inicialmente (Cabezas 2010).   

En el momento actual, en los medios académicos, existe un amplio debate sobre la validez, pertinencia y uso de la literatura gris.  Existen bases de datos dedicadas a acopiar y hacer disponible este tipo de literatura. Se realizan reuniones y congresos sobre el tema y hay diferentes propuestas sobre su tratamiento (Soria  2003,  Laufer 2007, Pajor 2010).


Otras fuentes. Además de las fuentes anteriores, en los últimos años, cada vez se hace más evidente el uso de nuevos tipos de fuentes como material fílmico, presentaciones en power point, programas de televisión o de radio, comunicaciones personales (directas, e-mail). Estos son materiales no bibliográficos y pueden ser muy importantes en algunos tipos de investigación.  Sin embargo, por su origen y naturaleza su validez resulta controversial.  

Entonces, resumiendo, para identificar la literatura que nos interesa y que servirá para elaborar un documento académico, podemos:

Revisar  las fuentes primarias (directas) u originales cuando se conoce bien el área de conocimiento. Hay que estudiar lo que dicen los expertos en el tema. Acudir a  las fuentes secundarias o a expertos en el tema para que nos orienten en la identificación y localización de la literatura en fuentes primarias. Y acudir a fuentes terciarias para localizar fuentes secundarias, que a la vez nos llevarán a las primarias.

No es recomendable, excepto en casos especiales (obras antiguas, no disponibles, o en idiomas no accesibles) usar citas de citas o sea textos de un autor citado por otro autor. En estos casos, al citar se usa expresiones como: Vavilov citado por Bukasov (1952),  Perkins (2000) cita a Mcklintock…. Finalmente, tal vez no está demás recordar que lo que extraigamos de cada autor y lo usemos en nuestro escrito ya sea como resumen, paráfrasis, interpretación o en forma textual, deberá estar citado y referenciado, bajo un modelo previamente elegido, de modo que esa construcción es personal y de nuestra absoluta responsabilidad.   

Referencias bibliográficas

Bunge, M. 1999. Vigencia de la Filosofía. Ciencia y técnica. Investigación y universidad. Fondo Editorial, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Lima. 344 p.

Cabezas, A. 2010. ¿Qué es un DOI?. Documentación, biblioteconomía e información.blog. Disponible en: http://documentacion.lacoctelera.net/post/2010/03/23/que-es-doi

Cué, Brugueras; Díaz, G; Díaz, AG; Valdés, M de la C. 1996. Revisión. El artículo de revisión. RESUMED 9 (2):86-96.

Cué Brugueras, M. Oramas, J. 2008. Síntesis de información y artículos de revisión. Acimed 2008;17(2):1-11. Consultado: 6 nov. 2010. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol17_2_08/aci07208.htm.

Day, R. 2005. Cómo escribir y publicar trabajos científicos. Tercera edición en español. OPS, Oficina Regional de la OMS, Washington DC, EUA. 270 p.

Eco, H.1992. Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de investigación, estudio y escritura. Gedisa, Barcelona, España. 267.

Hernández, R; Fernández, C; Baptista, P. 2006. Metodología de la investigación. Cuarta edición. McGraw-Hill Interamericana, México, D.F. 850 p.

Jurado, Y. 2002. APA-MLA-ML. Técnicas de investigación documental. Thompson. México, D.F.236 p.

Lauffer, M. 2007. ¿Qué hacer con la litearura gris? Interciencia 32 (1):5.

Maletta, H. 2009. Epistemología aplicada: Metodología y técnica de la producción científica. CIES, CEPES, Universidad del Pacífico. 419 p.

Mari, JA. 2002. Manual de redacción científica. Quinta edición. Publicación especial Nº 3,  Caribbean Journal of Science.

Martínez de Sousa, J. 2003. Manual de estilo de la lengua española. 2da edic. Ediciones Trea S.L., España.

Pajor, E. s.f. La literatura gris. Sztejgytf  Facultad (Hungría) Instituto de Andragogía, grupo departamental de museología y biblioteconomía. Semestre I. 2009/2010. 44 diapositivas. Disponible en: http:/www.google.com.pe/search?q=literatura+Gris&hl=&client.

Soria, V. 2003. La literatura gris y los e-print. Biblioterca universitaria 6(2): 127-137.

Tafur, R. 1995.  La tesis universitaria. Editorial Mantaro, Lima. 429 p.

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